La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF definen una adecuada gestión de la higiene menstrual (GHM) como aquella que permite a mujeres y niñas “utilizar material para la higiene menstrual limpio, que absorba o recoja la sangre y pueda ser cambiado en privado, utilizando agua y jabón para higienizar el cuerpo, y teniendo acceso a instalaciones para disponer del material ya utilizado”.
Panorama social:
La higiene menstrual es un tema de derechos humanos, que tiene que ver con la igualdad de género, derecho al agua y saneamiento, a la salud, a la salud y a la participación. El tabú y estigma que existe alrededor de la regla, pone a la mujer que la tiene como una persona poco fiable e incapaz de tomar decisiones, haciendo que experimenten la menstruación de manera negativa.
Las experiencias menstruales de las niñas y las mujeres no son homogéneas, sino que están moduladas por factores conexos, tales como la edad, el género, la raza, la discapacidad, la condición económica o social, la migración y otros factores.
Políticas públicas:
La salud menstrual es parte integral de los derechos a la salud sexual y reproductiva. Es un factor decisivo para la realización de todos los derechos humanos de las niñas y las mujeres, en toda su diversidad, el logro de la igualdad de género y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que el derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable debe ser reconocido como un derecho humano fundamental, y que se debe proteger la salud en los centros de trabajo. Esto incluye poder trabajar con las medidas de higiene necesarias y hacerlo sin dolor.
Programas de acción:
Adoptar estrategias amplias, multisectorial para fomentar un contexto propicio en el que las niñas y las mujeres, puedan empoderarse y ejercer su autonomía para tomar decisiones fundamentadas acerca de sus vidas y sus cuerpos, incluida su salud menstrual, libres de estigmatización violencia y discriminación.
Para ser un proceso biológico natural, existe mucha confusión e ideas erróneas sobre el dolor y la sangre. Cuando se habla de la menstruación también se vulnera el derecho a la información porque las oportunidades de mujeres y niñas se vulneran cuando carecen de información acerca de la salud.
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